“La metodología crítica es básicamente una reflexión racional que busca desvelar la distorsión que la ideología, entendida como falsa conciencia, produce en la concepción de la realidad de las personas.” Con éstas palabras define Rodrigo Alsina el concepto de Teoría Crítica que voy a desarrollar a continuación. El papel que los mass media juegan en la sociedad según este planteamiento es el siguiente: funcionan como reproductores de la violencia simbólica y de conflictos económicos y culturales; son herramientas utilizadas para manipular los mecanismos democráticos, con el objetivo de conseguir el poder y la dominación cultural.
El cine ideológico es un buen ejemplo para ser analizado desde una perspectiva crítica, en concreto me centraré en los films del fascismo alemán durante la segunda Guerra Mundial, los cuales se caracterizaban por su alto contenido propagandístico sobre el nazismo y su objetivo de manipular a las masas.
El Ministerio de Propaganda del Reich fue creado en 1933 bajo la dirección de Josef Goebbels, se encargaba de todo lo relacionado con “la dirección espiritual de la nación”, es decir, cine, radio, teatro, publicaciones, turismo, etc. Unos meses después, el gobierno nacionalsocialista dictó las primeras normas a las que se debía ceñir el arte, estas pretendían preservar el cine alemán de influencias extranjeras consideradas dañinas: se limitó la proyección de películas extranjeras, se fundó el Banco de Crédito Cinematográfico, que apoyaría la producción nacional, y la Reichsfilmkammer, la cámara oficial para el cine que afiliaba, obligatoriamente, a todos los profesionales del sector. En 1934 se dicta un nuevo reglamento por el que se estableció la censura previa a los guiones y se endureció la censura posterior, una oficina especial vigilaba las importaciones y exportaciones de filmes cuidando que reflejaran el espíritu nazi y que sus productores fueran de raza aria, incluso se elaboraron informes sobre los efectos de las películas en la audiencia: el control del régimen sobre la producción cinematográfica era total. Este hecho podemos relacionarlo con el concepto de industria cultural, puesto que se obtenían unos productos serializados y estandarizados, y el cine había dejado de ser entendido como algo artístico.
En el cine del fascismo alemán se mostraba a Hitler como su único líder carismático y salvador, la voz del pueblo, aquel con el que todos querían identificarse; un Führer cuya fuerza y firmeza no eran comparables con las de sus enemigos, las potencias democráticas y comunistas (como podemos ver en El triunfo de la voluntad, de Leni Riefenstahl). El objetivo de esto era mostrar su realidad como única para promover la fe del público hacia Hitler y el odio hacia sus enemigos, provocando reacciones impulsivas en las masas.
Como hemos visto, el cine ideológico está determinado por los conflictos políticos y económicos que hay a su alrededor (la segunda Guerra Mundial) e intenta imponer su visión única (en este caso la ideología nazi) a las masas de la sociedad, creando la impresión de que se trata de la verdadera realidad para influir sobre sus pensamientos y actuaciones. Todo esto siempre bajo el férreo control de organismos económica y socialmente poderosos (el gobierno alemán y sus instituciones); por lo tanto en este caso el cine es evidentemente utilizado por el régimen como una herramienta de manipulación social y cultural.
Lidia* Peralimonera
1 comentario:
se puede considerar que el cine es un manipulador de masas, pero que hay de la conciencia de cada individuo y de su contexto¿?
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