jueves, 12 de marzo de 2009

¿Es que ahora los héroes necesitan ser salvados?

Los superhéroes (y sus adversarios, los villanos) son una raza cinematográfica que siempre han generado mucho dinero al gigante hollywoodiense. EEUU siempre ha buscado héroes de cine sobre los que construir una historia de superación personal, de expansión de sus ideales democráticos, o para refugiarse en tiempo difíciles.
Vivieron su Edad de Oro durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el heroísmo era la vitamina para un país miedoso por los acontecimientos pero con ánimos de triunfo. Ahora estas criaturas, antes de salvar al mundo, tienen que salvarse a sí mismos.

Desde un primer momento, son personajes con un impacto mediático brutal, pero que esconden su superioridad física sobre la sociedad antes de descubrir porqué son distintos a los demás, como el Batman de C.Nolan o La Masa de A.Lee. Y es que este género del cine se ha convertido en una fuente de nuevos argumentos muy socorrida para conseguir grandes taquillazos: “la asunción de nuestra propia fragilidad ante una catástrofe retransmitida en directo no sólo resucita el concepto de superhéroe sino que lo cuestiona, le obliga a mirar hacia atrás para entender qué ha ocurrido, cuáles son las causas que le han transformado en una respuesta involuntaria al caos reinante” según cuenta Sergi Sánchez

Atrás quedan esos personajes con una apariencia exterior perfecta y completamente inertes antes los sentimientos y los problemas del mundo que les rodea, la vida real. Claro ejemplo tenemos en el último (y esperadísimo) estreno de la adaptación de un cómic: Watchmen. Un film dónde Zack Snyder, director de 300, plasma una mirada a las zonas más oscuras del ser humano, una tragedia poblada de personajes con una apariencia exteror de grandes héroes pero en el fondo nihilistas, escépticos y atormentados por dentro; que viven en una sociedad claustrofóbica empeñada en asfixiar cualquier resquicio de bondad que pueda crecer en sus calles.

Y es que cada vez más se les concede a estos héroes un alma de la cual apiadarse, ampliando sus aspiraciones en la vida más allá de la libertad, el amor, la justicia y la verdad. Cierto que no se busca a Shakespeare con capa y que vuele, pero en la actualidad los personajes Marvel y DC van pasando a ser hombres y mujeres de carne y hueso con poderes sobrehumanos, pero también con problemas… los mismos que atormentan al ciudadano que tienen que salvar.

Es posible que así el espectador llegase a sintonizar más con él, a sentirle próximo, e incluso necesario. Al fin y al cabo, parece que el cine de cómic va camino de convertirse en el tercer género “genuinamente americano”, después del western y el cine negro (o de gángsteres).
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Isabel *Peralimonera

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy cierto..pero para mi gusto este genero esta siendo explotado de forma excesiva. En mi opnion, los directores de cine estadounidenses se han dado cuenta de como llama la atencion este genero sobre el publico y se estan aprovechando de ello.
Demasiadas peliculas y secuelas que desde mi punto de vista dejan mucho de desear como: spiderman 2, la priemra parte de Hellboy o el fracaso de Nicolas Cage, Ghost Raider...
Definitivamente, pienso que no somos nosotros los que tenemos que salvar a los heroes, sino los directores.
enorabuena por el reportaje y seguir asi ;)

Anónimo dijo...

Buf! siempre ma han encantado este tipo de peliculas, creo que la mayoría de héroes son un ejemplo a seguior desde niños a adultos, que sea un genero explotado¿? sí, pero va a seguir así porque los heroes seguirán fascinando al espectador, huir de su vida para adentrarse en un mundo al que un ser superior puede salvar a la humanidad.