martes, 31 de marzo de 2009

Opinión pública y teoría crítica

Fidel Castro, ex presidente de Cuba, se inclina a favor de la ciudadanía para juzgar y sentenciar la actuación de los medios y potenciar la ciudadanía, pues remarca el deber y el derecho de la sociedad a saber sobre las crisis económica.
Se puede llegar a criticar a los medios como símbolos del capitalismo por mentir o encubrir hechos que la sociedad debería saber, además dentro de este hecho encontramos manipulación, más allá del desconocimiento los medios manejan nuestra forma de pensar y actuar, consciente o inconscientemente (porque lo podemos ignorar) creemos que aportan una cultura de masas a favor de la industria cultural. Según Fidel Castro ese deber y derecho de saber juega a favor de la opinión pública porque de un tema que afecta a toda la sociedad como es la crisis económica, debe haber un pronunciamiento común sobre un tema de interés general como es este.


Desde la teoría crítica vemos una perspectiva socio-económica que se desarrolla paralelamente a la cultura, desde esta perspectiva atendemos a lo que la teoría crítica de Marcuse denomina “hombre unidimensional” situado en una cultura donde le implica tener una serie de necesidades inducidas por los medios de comunicación, así el ex presidente de Cuba habla sin tapujos de este hombre homogenizado en contra del producto estándar y apoya su conocimiento a través de los medios, entonces aquí podemos ver esa confrontación entre industria y ciudadanía.
Para acabar destacar otro punto importante de mi noticia, los medios tienen el poder de omitir lo que les interesa en lugar de describir hechos objetivos, a excepción del cine que ya de por sí mismo todo lo que cae en su órbita se visualiza de fantástico, pero en este caso, a través de los medios convenconales Castro se queja de esto argumentando que los medios relegan el papel tan importante que desempeñará China y la mala situación de Alemania, pues los medios como espacio de opinión pública deberán volver al consenso para transmitir este tipo de noticias, de este modo pasaríamos a una regulación social por parte de los medios.




-eRiK-

Teoría crítica en el cine franquista y el actual

Teoría crítica en el cine franquista y el actual
Manipulación, censura, poder, normas son palabras con un gran carga emocional que son quizás el pilar fundamental de un sistema totalitario. Si nos situamos en el contexto histórico del franquismo y bajo una perspectiva teórica crítica vemos que el cine, como medio comunicativo de masas, ejerce un gran poder y dominio sobre la sociedad. Además es una herramienta para el poder y un sistema de manipulación del sistema democrático. Y, ¿Por qué digo todo esto? Porque como hemos citado anteriormente el cine fue unas de las herramientas que utilizaban los grandes dictadores para dominar a las masas. El cine era un medio de difusión en el cual se podía mantener controlado a la sociedad, inculcarle unos valores dictatoriales y una realidad única (quizás un tanto equivoca).

El cine pasó a ser una industria cultural, puesto que todas las producciones estaban controladas por el gobierno franquista, fueron muchas películas censuradas y las persistentes reflejaban al dictador como un líder carismático e único. Sino veamos el ejemplo de, cuya película escribió Franco, y se llamada Espíritu de una raza. En dicha producción se reflejaba una vida semejante a la de Franco. De esta manera, hay que decir que, en general, las películas de los años 40 celebraban el heroísmo de los nacionalistas y ayudaron a Franco a incorporar sus ideas en la vida diaria de los españoles sin que saliera directamente de su boca.
De aquí la explicación de teoría crítica como desveladora de la distorsión que la ideología, entendida como falsa conciencia, produce en la concepción de la realidad de las personas.

Si dejamos un poco atrás la época franquista y damos un salto en el tiempo 70 años después de la guerra y 33 años después de la muerte de Franco podemos ver como actualmente parece que esta de moda el cine histórico y político. El cine donde se expresa de manera liberal, donde no hay miedo de hablar de la guerra y expresar las partes más ocultas y reprimidas de ella y de sus perdedores. Y sobretodo de reflejar la lucha de los españoles. Un ejemplo sería la producción de películas tan dramáticas como es el caso de las 13 rosas producida por el director Emilio Martínez – Lázaro y estrenada en el 2007. Se cuenta la trágica historia de 13 muchachas fusiladas por la represión al gobierno franquista.

A pesar de todo esto y remontándonos a un cine más actual podemos observar como se siguen usando muchos films para promover, no quizás de manera tan radical como en épocas pasadas, ideas ideológicas y movimientos sociales de manera manipulativa.
Veamos sino la película documental de Ja em tenim prou. Este proyecto ha sido una producción colectiva realizada en 2007 con el objetivo de contribuir a cambiar el mal gobierno por otro gobierno que respete a la ciudadanía. Con este film se pretende incitar a la opinión crítica de las masas y promover el voto progresista para desmantelar al PP en las próximas instituciones.

Por eso, y a modo de conclusión podemos saber como a lo largo de la historia y por mucho que pasen los años parece que sigue estando ahí el cine como elemento propagandístico y como medio de manipulación, dominación cultural y creación de esa violencia simbólica.
María * Peralimonera*

¿Sería posible un tercero en la actualidad?



Los mass-media siempre se han perfilado, desde el surgimiento de la teoría funcionalista, como los reproductores de valores sociales y culturales a la sociedad. Con el surgimiento del cine como herramienta difusora de ideas, se comprobó como este (el cine, pero también los demás medios comunicativos) son un perfecto instrumento adoctrinador. Como ejemplo tenemos el cine ideológico de todas las dictaduras opresoras y fascistas que han pasado por el continente europeo, utilizando este medio para la dominación cultural del pueblo. Por eso la teoría crítica ataca ese uso de los medios, distorsionando la realidad social y manipulando los mecanismos democráticos de los que se hace servir el poder.


Una película que me hizo reflexionar sobre este tema fue “La Ola”, de Dennis Gansel. Un thriller alemán inspirado en los sucesos que tuvieron lugar en 1967 en EEUU, cuando tras cinco días de experimentos, el profesor de Historia Ron Jones tuvo que interrumpir el proyecto ‘La tercera ola’, con el que pretendía demostrar a sus alumnos de la escuela Cubberley de Palo Alto (California) la dimensión real de la autocracia. Los hechos, que ahora los recupera el director, son extraídos del libro “The Wave” del escritor estadounidense Morton Rhue, pero ubicándolos en la Alemania actual.


Este film, que recomiendo, nos hace reflexionar y nos muestra como la raíz del fascismo sigue oculta en nuestra sociedad, y que sólo hace falta seguir unos movimientos y encontrar una situación adecuada (una crisis, etc.) que haga que vuelva a florecer. Porque, que rompiéramos su actividad no significa que acabáramos con ella. Los medios de comunicación actual siguen formando parte, como he comentado antes, del punto de vista funcionalista. Pero ahora hay mucho más que hace medio siglo, Internet se ha convertido en la herramienta comunicativa más potente que existe, pero una herramienta donde la libertad de expresión es casi completa al 100%.

Con todo esto me remito a que, aunque nuestra sociedad haya evolucionado y seamos muy liberales, modernos e innovadores, los mass-media siguen siendo un poco opresores, diciéndonos como tenemos que vestir, pensar, actuar…, imponiéndonos una realidad basada en el consumismo de hoy en día y no dejándonos ver esas múltiples realidades de las cuales podamos elegir libremente, como nos dice R. Alsina. Y que si en una pequeña escuela, unos adolescentes sucumbieron a unos ideales autócratas que se propagaron por Internet y su comunidad, ¿no le podría pasar lo mismo a nuestra actual sociedad, con una situación cada vez más débil y crítica?


Isabel García *Peralimonera

La Teoría Crítica.

Para comenzar intentaremos explicar, brevemente, en qué consistía la teoría crítica para de este modo poder aplicarla a nuestra sociedad actual de un modo adecuado. La Teoría Crítica era ideológicamente marxista y pretendía desplegar una serie de teorías en relación a los problemas sociales, como la desigualdad entre clases, no solo desde el punto de vista sociológico, sino también filosófico (con Marx y Freud como referentes). Explica cómo nos encontramos ante una realidad ingenua fruto de unos determinados factores sociales, psicológicos y culturales a la hora de abordar los temas sociales, siendo por tanto participes de una realidad manipulada y supuestamente objetiva. ¿Y quién se encargaba de naturalizar las exigencias propias de una sociedad de consumo sin prestar atención a los conflictos sociales? Los Mass Media (a través de ellos) y la propia sociedad industrial y occidental capitalista-consumista, que ha dado lugar a que el hombre se convierta en un ser oprimido y manipulado por los sistemas burocráticos.
Ahora relacionaremos la Teoría con el Cine (un medio de comunicación masivo de gran importancia); y para ello nos remontaremos al nazismo, y es que francamente no hace falta volar muy lejos para ver y comprender el control y el poder cinematográfico sobre la sociedad, con las películas generadas por la política de propaganda del régimen de Hitler dirigido por el certero ministerio de propaganda y donde se manifestaban las características del nazi y lo permitido y no para él, todo ello con un aplastante intento de doblegar las mentes de cada uno de los ciudadanos para implantar lo que los nazis consideraban “apropiado”, de una forma dictatorial. La historia de la propaganda nazi en el cine es conocida por casi todos nosotros, porque la hemos estudiado años anteriores, pero… ¿Y si os decimos que actualmente existen vestigios de aquella manipulación en el cine (no procedente de regímenes totalitarios)? Hoy por hoy se baraja mucho la posibilidad de que tal Mass Media como el cine sea capaz de maniobrar las mentes de los jóvenes y no tan jóvenes, sin ir más lejos y como bien hemos comentado anteriormente en el blog, se quiere prohibir la aparición de tabaco en las películas porque incita al público joven a consumirlo, por tanto un porcentaje de la población cree que puede ser manipulado hasta acabar con un cigarrillo en su boca. ¿Y las películas históricas dónde los malos malísimos resultan no ser tan malos como “creíamos”? ¿No existe ahí una manipulación de los finales felices? ¿Acaso a EEUU le conviene que miles y miles de personas sepan qué ocurrió en los preámbulos de la Segunda Guerra Mundial? Por supuesto que no, es más bonito ver “Australia” y comprobar lo “legales” que fueron con los aborígenes, con el mestizaje, y lo despiadados e inhumanos que fueron los japoneses (sobre todo con los niños), y uno ve la película y le punza y le cuesta creer que, en la época plasmada por el film, las éticas individuales se acercasen tanto a las conciencias contemporáneas sobre la diferencia.
Tras la visualización de este film, o otros muchos como “Pearl Harbor”, “La delgada línea roja” o “Resistencia” (entre otras muchas películas Americanas) es posible que se logre una opinión generalizada del bando contrarío :“Hay que ver lo malos e inhumanos que eran…” , y por tanto una manipulación ideológica de la que muchas veces no somos conscientes. Y si, esto pasa actualmente, aunque sea para limpiar sucios pasados históricos.
Sin embargo, creo que debemos ir más allá… ¿Qué es manipulación y que características son necesarias en los manipulados? La manipulación es toda operación dispuesta a ejercer influencia, pero sin que la parte afectada conozca la auténtica intención del manipulador, porque de lo contrario su influencia se esfumaría o disminuiría. Es decir, que manipular exige ocultar información para de esta forma lograr, de una forma maquiavélica, que la elección de los demás se encamine hacia la nuestra; modificando sus voluntades. ¿Existe un antídoto capaz de, al menos, menguar esos efectos? La cultura, cuando más bagaje cultural seamos capaces de absorber mayor será nuestro inconformismo frente a la gran pantalla, y digo cine porque es nuestro ámbito pero esto es aplicable a todo tipo de soportes. Quizás sea complicado, que no lo dudo, exige un esfuerzo terrible…siempre es más cómodo conformarse con un sola verdad y no protestar, pero ¿acaso la verdad no se corrompe tanto con la mentira como con el silencio?

Rosana Peña.

domingo, 29 de marzo de 2009

TEORÍA CRÍTICA Y EL DEBATE DEL CINE INFLUYENTE.

Pongámonos en situación...

La teoría critica de la escuela de Frankfurt estaba condicionada por el contexto social en el que se encontraba. Los sistemas totalitarios europeos empleaban los mass-media como control de la sociedad, de las conciencias de los individuos, creando una sociedad estandarizada. El surgimiento de estos medios de comunicación de masas como la televisión, el cine, la música popular, la radio, etc, convertían la cultura en una industria, en una cultura de masas, entendida más como una estructura de comunicación que como un órgano económico, que tiende a la destrucción de la diferencia. Por tanto, esta teoría entiende a la sociedad como una falsa democracia de la razón, fruto del capitalismo y del consumismo, donde el sector social mantiene su poder mediante la utilización sobre el resto de los individuos de la manipulación de la información por vía de estos medios, entre ellos el cine.

Cine como Mass-Media.

El cine fue empleado por los sistemas totalitarios como arma de manipulación de la mente del espectador mediante mensajes subliminales, ya que el individuo no se percataba directamente del mensaje, pero calaba hondo en su conciencia, mientras solo entendía el cine como un entretenimiento fascinante al que caía rendido.

Actualmente ya no se emplea como arma de manipulación propiamente dicha, aunque el cine puede influir en la sociedad, como otros medios, y esto ha sido tema de controversia. Se debate sobre si puede influir en la conducta de los jóvenes y los más pequeños, con personalidad todavía moldeable, cuando aparecen películas de lucha, violentas, escatológicas o con connotaciones amorales como son el racismo, el sexismo, etc.

El cine forma parte de esta cultura industrializada, donde parece que hay unos márgenes establecidos de los que no se deben salir, una serie de significantes y significados preestablecidos, de convenciones que han servido para moldear nuestras conciencias y en los que no reparamos, muchos de estos elementos que hemos asimilado no llaman nuestra atención, por eso cuando el cine se sale de los márgenes establecidos por la industria y pone ante el espectador una nueva perspectiva sobre un concepto o situación, logra que surja un debate social, que la razón surja, que se rompan las ataduras de las concepciones sociales, que el espectador piense sobre lo que tiene delante.

Se ha debatido sobre la influencia del tabaco en el cine, sobre la influencia de que en las películas se use o no el condón,... creando así normas que la sociedad establece para que el cine colabore a concienciar a los espectadores sobre las conductas que se consideran perjudiciales, por tanto, vemos que la sociedad asimila que el cine es un buen arma de comunicación, bajo el disfraz de medio para el entretenimiento al igual que la televisión.

Por esta razón hay tanto debate sobre la violencia que puede generarse si la sociedad se influencia por actos violentos en el cine, es decir, que el continuo lanzamiento de películas dónde prolifera la violencia directa o indirectamente pueda acabar creando una sociedad violenta, ya sea en películas históricas o de trama policíaca que se regodean en actos violentos para hacerlas más entretenidas o en películas cómicas donde aparecen ciertas escenas que exageran algunas actuaciones de los personajes con el mismo fin: hacerlas entretenidas.



Así que...

La violencia en el cine, puede ser tanto informativa sobre las situaciones que se dan en nuestra sociedad como sólo un hecho más de entretenimiento o “arte”, como también es arte e información histórica el cuadro de los fusilamientos del 2 de mayo de Goya, que nunca pretenden generar más violencia, a pesar de que en su época sabían que la pintura era un modo de transmitir mensajes.



Vic* PERALIMONERA

viernes, 27 de marzo de 2009

Teoría crítica y cine ideológico

“La metodología crítica es básicamente una reflexión racional que busca desvelar la distorsión que la ideología, entendida como falsa conciencia, produce en la concepción de la realidad de las personas.” Con éstas palabras define Rodrigo Alsina el concepto de Teoría Crítica que voy a desarrollar a continuación. El papel que los mass media juegan en la sociedad según este planteamiento es el siguiente: funcionan como reproductores de la violencia simbólica y de conflictos económicos y culturales; son herramientas utilizadas para manipular los mecanismos democráticos, con el objetivo de conseguir el poder y la dominación cultural.


El cine ideológico es un buen ejemplo para ser analizado desde una perspectiva crítica, en concreto me centraré en los films del fascismo alemán durante la segunda Guerra Mundial, los cuales se caracterizaban por su alto contenido propagandístico sobre el nazismo y su objetivo de manipular a las masas.


El Ministerio de Propaganda del Reich fue creado en 1933 bajo la dirección de Josef Goebbels, se encargaba de todo lo relacionado con “la dirección espiritual de la nación”, es decir, cine, radio, teatro, publicaciones, turismo, etc. Unos meses después, el gobierno nacionalsocialista dictó las primeras normas a las que se debía ceñir el arte, estas pretendían preservar el cine alemán de influencias extranjeras consideradas dañinas: se limitó la proyección de películas extranjeras, se fundó el Banco de Crédito Cinematográfico, que apoyaría la producción nacional, y la Reichsfilmkammer, la cámara oficial para el cine que afiliaba, obligatoriamente, a todos los profesionales del sector. En 1934 se dicta un nuevo reglamento por el que se estableció la censura previa a los guiones y se endureció la censura posterior, una oficina especial vigilaba las importaciones y exportaciones de filmes cuidando que reflejaran el espíritu nazi y que sus productores fueran de raza aria, incluso se elaboraron informes sobre los efectos de las películas en la audiencia: el control del régimen sobre la producción cinematográfica era total. Este hecho podemos relacionarlo con el concepto de industria cultural, puesto que se obtenían unos productos serializados y estandarizados, y el cine había dejado de ser entendido como algo artístico.


En el cine del fascismo alemán se mostraba a Hitler como su único líder carismático y salvador, la voz del pueblo, aquel con el que todos querían identificarse; un Führer cuya fuerza y firmeza no eran comparables con las de sus enemigos, las potencias democráticas y comunistas (como podemos ver en El triunfo de la voluntad, de Leni Riefenstahl). El objetivo de esto era mostrar su realidad como única para promover la fe del público hacia Hitler y el odio hacia sus enemigos, provocando reacciones impulsivas en las masas.


Como hemos visto, el cine ideológico está determinado por los conflictos políticos y económicos que hay a su alrededor (la segunda Guerra Mundial) e intenta imponer su visión única (en este caso la ideología nazi) a las masas de la sociedad, creando la impresión de que se trata de la verdadera realidad para influir sobre sus pensamientos y actuaciones. Todo esto siempre bajo el férreo control de organismos económica y socialmente poderosos (el gobierno alemán y sus instituciones); por lo tanto en este caso el cine es evidentemente utilizado por el régimen como una herramienta de manipulación social y cultural.






Lidia* Peralimonera

domingo, 22 de marzo de 2009

Sagas cinematográficas

Empezaré describiendo el concepto SAGA como mecanismo para referirse a varias generaciones, episodios o actos de una historia, en nuestro caso son películas que han causado un gran impacto, no tan solo en el contenido sino también en la recepción de estas obras. Quiero recalcar mis impresiones mostrando mi agrado por la creación o recreación de mundos, épocas, razas… pues el cine en tan gran creador como comunicador, se recrea en cada personaje, lugar y momento, atrae con la suficiente fuerza como para fascinar al espectador. Por otra parte fuera de este carácter creativo, encontramos un lado siniestro y aterrador, la influencia que puede llegar a tener personajes ficticios traídos a la realidad, este es el motivo de mi entrada, la imitación, porque muchos de los espectadores de estas sagas han llegado a extremos intolerables, donde la ficción supera a la realidad y la mente de estos “adictos” a las sagas les juega una mala pasada.

Como ejemplos nombraré varias sagas de renombre como Star Wars o la famosa trilogía de El seños de los anillos de J. R. R. Tolkien, pues estas dos sagas tienen miles de seguidores en todo el mundo, han creado fans por todas partes, personas que comparten preferencias y se ven unidas por su gusto hacia estas sagas. Hablemos de la primera, Star Wars, difundida por novelas llegó al cine en seis películas donde inventan un nuevo universo donde luchan por la armonía del imperio, esta saga pasará sin duda de leyenda a mito porque ha generado tanta expectación en sus películas como influencia social, me explicaré, hace un años en internet se discutió sobre la denominación de la palabra friki, los derechos de un friki y sus actividades, para ello se creó un manifiesto que fue criticado y calificado de irrelevante para muchos, hasta que llegó su conmemoración difundida por los medios, pues el día del orgullo friki se celebra el 25 de Mayo coincidiendo con el estreno oficial de Star Wars - Una nueva esperanza, esto significó derechos y atracción hacia esta saga.

Al igual que en los videojuegos, las personas pueden llegar a imitar actitudes o acciones de los personajes de Star Wars, el lado negativo es que hay acciones que no deben superar el plano ficticio porque puede causar daños en la sociedad, y esta película habiendo influenciado de tal modo tienes ese potencial.


-eRiK-

jueves, 12 de marzo de 2009

¿Es que ahora los héroes necesitan ser salvados?

Los superhéroes (y sus adversarios, los villanos) son una raza cinematográfica que siempre han generado mucho dinero al gigante hollywoodiense. EEUU siempre ha buscado héroes de cine sobre los que construir una historia de superación personal, de expansión de sus ideales democráticos, o para refugiarse en tiempo difíciles.
Vivieron su Edad de Oro durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el heroísmo era la vitamina para un país miedoso por los acontecimientos pero con ánimos de triunfo. Ahora estas criaturas, antes de salvar al mundo, tienen que salvarse a sí mismos.

Desde un primer momento, son personajes con un impacto mediático brutal, pero que esconden su superioridad física sobre la sociedad antes de descubrir porqué son distintos a los demás, como el Batman de C.Nolan o La Masa de A.Lee. Y es que este género del cine se ha convertido en una fuente de nuevos argumentos muy socorrida para conseguir grandes taquillazos: “la asunción de nuestra propia fragilidad ante una catástrofe retransmitida en directo no sólo resucita el concepto de superhéroe sino que lo cuestiona, le obliga a mirar hacia atrás para entender qué ha ocurrido, cuáles son las causas que le han transformado en una respuesta involuntaria al caos reinante” según cuenta Sergi Sánchez

Atrás quedan esos personajes con una apariencia exterior perfecta y completamente inertes antes los sentimientos y los problemas del mundo que les rodea, la vida real. Claro ejemplo tenemos en el último (y esperadísimo) estreno de la adaptación de un cómic: Watchmen. Un film dónde Zack Snyder, director de 300, plasma una mirada a las zonas más oscuras del ser humano, una tragedia poblada de personajes con una apariencia exteror de grandes héroes pero en el fondo nihilistas, escépticos y atormentados por dentro; que viven en una sociedad claustrofóbica empeñada en asfixiar cualquier resquicio de bondad que pueda crecer en sus calles.

Y es que cada vez más se les concede a estos héroes un alma de la cual apiadarse, ampliando sus aspiraciones en la vida más allá de la libertad, el amor, la justicia y la verdad. Cierto que no se busca a Shakespeare con capa y que vuele, pero en la actualidad los personajes Marvel y DC van pasando a ser hombres y mujeres de carne y hueso con poderes sobrehumanos, pero también con problemas… los mismos que atormentan al ciudadano que tienen que salvar.

Es posible que así el espectador llegase a sintonizar más con él, a sentirle próximo, e incluso necesario. Al fin y al cabo, parece que el cine de cómic va camino de convertirse en el tercer género “genuinamente americano”, después del western y el cine negro (o de gángsteres).
.
Isabel *Peralimonera

lunes, 2 de marzo de 2009

El funcionalismo en el cine

El funcionalismo en el cine

El cine, como medio comunicativo que es, crea y transmite una serie de ideas que al igual que lo mass media debe ser analizado dentro de un marco funcionalista. La teoría funcionalista trata de reproducir una visión global de los medios de comunicación de masas, sus articulaciones internas y sus funciones. Los medios a su vez tienen un gran poder y como tal deben cumplir con una serie de funciones para crear un sistema equilibrado.

Tal y como se ve reflejado en la teoría funcionalista, la sociedad es un mercado libre y por lo tanto el cine, como medio comunicativo que es, transmite libremente una serie de ideas y mensajes a un gran número de cinéfilos. Pero en muchas ocasiones la manera de trasmitir sus ideas no es la más correcta, y es que cuando no cumple con su función intencional, cae entontes en la disfuncionalidad, ya que hace aminorar el sistema en vez de ajustarlo (función).

Como hemos citado anteriormente, los medios caen en varias ocasiones en disfunciones. Un claro ejemplo sería el tema de la anorexia o del tabaco. Son un hechos sociales que han sido objeto de muchas críticas pero en diversas ocasiones son los medios los que en cierto modo parece como si apoyasen estas causas. Vayamos sino a los anuncios de ropa o de moda donde se puede apreciar siluetas esqueléticas o en el cine, donde podemos ver a personajes con su pitillo. Pues bien, si reflejamos todo esto en el cine, tenemos que decir que él también bebe de estas disfunciones o sino veamos el claro ejemplode la violencia. ¿Acaso no se siguen haciendo películas de violencia, aun sabiendo que es un problema social muy grave y que puede acarrear importantes consecuencias?.


Se han dejado atrás aquellas películas de suspense donde todo se intuía o se mostraba los sucesos sutilmente para pasar a escenas frívolas llenas de violencia, muertes y sangre. Un claro ejemplo sería el caso de películas como Saw o Kill Bill, donde hay una importante carga de violencia. Donde todo se encuentra en la pantalla de una manera demasiado explícita provocando en ciertas ocasiones pánico y ansiedad (disfunción). Pues bien, mi planteamiento viene aquí; ¿se debería prohibir o al menos reducir la carga de violencia en esta serie de películas donde el cine, como medio comunicativo que es, actúa de manera disfuncional de cara a la sociedad? O quizás solo se debería advertir esa carga que contienen las películas antes de comenzar dicha película?


Esta claro que aunque el tema de la violencia, desgraciadamente esta a la orden del día, si desapareciera escenas violentas en un film desaparecería también uno de los géneros literarios y muchos guiones de cine no tendrían sentido. Aunque si hay que decir que en muchas ocasiones se podría reducir esa carga de violencia que contienen ciertas películas y que causan tanto impacto entre los diversos públicos.


María Marmenu Rubert

¿Quieres que rece para que tu también te mueras?

Esta, la del título, es posiblemente la frase más impactante de Camino, la película de Javier Fesser triunfadora en los premios Goya de este último año. En el film se nos narra la historia de Camino, una niña de 11 años que de repente debe enfrentarse a dos acontecimientos muy diferentes y nuevos para ella: enamorarse y morir. La niña está afectada por un cáncer muy agresivo, y afronta hasta el final su sufrimiento con una increíble fe, siempre apoyada por su familia (miembros del Opus Dei).

En la película encontramos, por una parte, una madre fanática convencida de que Dios ha elegido a su hija y una hermana numeraria tan entregada a su causa que apenas tuvo tiempo de presenciar los últimos segundos de vida de Camino; por otra parte, un padre cada vez más confuso que no sabe cómo actuar ni en qué creer; y en medio de todos ellos está Camino, que acaba de descubrir a su primer amor (paradójicamente llamado Jesús) y a pesar de su grave enfermedad alberga la esperanza de volver a verle pronto.


He elegido esta película para realizar un análisis funcionalista puesto que a raíz de la polémica que ha despertado se han producido desequilibrios en el sistema social, con enfrentamientos entre los partidarios del Opus Dei y aquellos que defienden Camino, todo esto reflejado en los medios de comunicación. Hay que recordar que el sistema se concibe como un organismo con distintas partes, las cuales desempeñan funciones de integración y mantenimiento del propio sistema.

En este caso, Javier Fesser pretendía reflejar de manera objetiva la realidad de una familia del Opus Dei, de lo cual informaron los medios de comunicación (función), pero como sabemos resulta prácticamente imposible conseguir la objetividad, puesto que el director narraba la historia desde su punto de vista (en su caso, ateo). Como consecuencia, ha sido acusado por los miembros de la Obra de deformar la realidad, de mantener una mirada llena de perjuicios negativos que ofrecen una visión distorsionada del Opus, muy alejada de la tolerancia o el respeto (disfunción). Además de esto, Fesser inspira la historia de Camino en la vida de Alexia González Barros (http://www.alexiagb.org), a la cual le dedica la película (disfunción), pero según aparece publicado en los medios de comunicación (función) la familia de esta niña pidió explícitamente al director que su nombre no apareciera en la película.

A pesar de todo esto y polémicas aparte, solo me queda recomendaros que no dudéis en ver Camino, desde luego no os dejará indiferentes.

LIDIA PALMER CAPILLA

La actitud social desde la teoría funcionalista

Las acciones que realiza la sociedad son observadas y medidas desde muchas perspectivas, desde la teoría funcionalista no solo se percata de ellas, sino que concibe a los medios de comunicación como potenciadores de una función para la integridad de un sistema, de ahí a nuestro punto de vista: El cine.

Según mi noticia seleccionada podemos ver al cine, como medio de comunicación, abordando los problemas sociales, pues la noticia tiene de título: “El cine joven hecho en Cuba ha vuelto a La Habana con obras que quieren abrir puertas y se atreven a entrar a fondo en temas sensibles en la isla, como la emigración, la censura y la violencia, colmando las salas por primera vez en las ocho ediciones la Muestra de Nuevos Realizadores.”

Estos jóvenes cineastas hacen que los consumidores o receptores se adhieran a su comunicación, para ello da respuesta a sus necesidades mostrando y transmitiendo a modo de ficción convertida en realidad, todo aquello que sucede en su país denotando la violencia, miseria y juicios de toda clase, así los públicos y el medio cine convergen en responder al paradigma funcionalista advirtiendo del mal estado de ciertos aspectos sociales, esta advertencia es la única vía de escape para trasladar a todas las mentes como se vive en La Habana, los gobiernos parcialmente ajenos a sus problemas no apoyan un levantamiento para sus ciudadanos, pues requiere una moralización por parte de todos.

Entre otros casos estas películas muestran la historia de un travesti que se prostituye en La Habana, la experiencia de cuatro emigrantes cubanos que regresaron al país y los relatos sobre violencia cotidiana en la isla, estos son algunos de los problemas mostrados en el cine, problemas implantados en la sociedad que, aparte de mostrarnos diferentes culturas, nos conciencia para combatir esta amenaza social, la contribución de el medio de comunicación se ha basado en mostrarnos los problemas sociales para que la persona forma su opinión ante la ignorancia de los que tienen el poder de cambiarlo.

Eric Amate Hidalgo

El funcionalismo de la pirateria en el cine

El funcionalismo nos dice que los medios de comunicación, es una estructura que forma parte de es institución llamada los Mass-Media. El cine es un medio de comunicación y en la sociedad muy potente, y que como tal ha de cumplir esa función de difusión de la información de manera veraz y directa.
Desde que el cine dejara a un lado su faceta propagandística y adoctrinadora de masas, convirtiéndose en un entretenimiento para todos los públicos, ha evolucionado de manera considerable. Del cine mudo, a aquellas proyecciones en los pueblos al más puro estilo Cinema Paradiso, pasando por Hollywood, el nacimiento del VHS y el DVD hasta llegar al momento actual…el pirateo. Una situación controvertida donde la lucha entre objetores y detractores nunca llegarán a un acuerdo

Hace un par de días encontré una curiosa noticia:
"Camerún, un país sin cine"
El cine de Camerún está de luto, tras el cierre de la última sala comercial que quedaba en el país, "El Wuri", en la ciudad portuaria de Duala, que proyectó en su jornada final, hace dos semanas, la película "Not Without My Daughter" ("No sin mi hija", 1991). Este filme fue el último que pudieron ver los cameruneses sobre la gran pantalla (…). Siméon Fotso, propietario del cerrado Cinema ABBIA, de Yaundé, dijo a Efe que "desde 1985, con la llegada de la televisión a Camerún, empezaron a morir las salas de cine". (…) "la llegada del DVD y la mejora de la calidad en la televisión moderna llevó a una falta de clientes en las salas comerciales, lo que precipitó su agonía".

Como nos dice la teoría funcionalista, cuando los medios cumplen con su función de acuerdo con su intención se consideran funcionales, de lo contrario son disfuncionales (lógico).

Con esta noticia, una vez más, como espectadores de los medios de comunicación, nos hace reflexionar sobre la piratería, sobre esa ilegalidad propagada por los mismos Mass-Media, sobre si nos estamos “cargando” ese gigante mediático llamado Cine.
Tal y como vemos reflejado en el conocimiento funcionalista, la sociedad es un “mercado libre” de ideas y mensajes. El cine transmite unas ideas y unos mensajes a un público, por lo tanto es funcional, la cuestión es el modo en el que se produce esa transmisión: si es lícito o no.
Por lo tanto con este detalle, se podría llegar a pensar que si el acto de descargarse una película por Internet no es legal, llega a ser disfuncional, pero creo que eso sería caer en un error. Estoy de acuerdo en que es un acto ilegal pero considero más ilegal el pagar precios desorbitados por una forma de arte que es capaz de llegar a mucha gente sin importar sexo, edad o condición.
La funcionalidad o disfuncionalidad no reside en el marco legal, sino en el marco social de una estructura compleja donde se trata el problema de los media desde el punto de vista de la sociedad y su equilibrio.

Isabel García Cobos

Disfunción con olor a humo.

Evidentemente los medios de comunicación de masas juegan un papel muy importante en la sociedad actual, somos in-conscientes (muchas veces involuntariamente) de ello regularmente, y a veces, actuando de forma defensiva, nos cuesta aceptar que así sea denotando por tanto como se cuartea en realidad nuestra libertad. Por ello, porque cohabitamos diariamente con ello, resulta muy interesante entender y analizar el funcionalismo, pues se encarga de analizar la función global de los medios en la sociedad, interesándose por la dinámica social en la que conviven los medios y su papel estructural. Remontándonos a los orígenes y precedentes sobre los que el funcionalismo desarrolla su análisis hablaríamos de la figura de Lasswell y una de las funciones básicas que este adjudicó a los medios: la influencia de la comunicación masiva en procesos de estabilización o de cambios culturales o sociales. Somos conscientes, intrínsicamente, de que esa “comunicación masiva” o “mass media” posee unos efectos poderosísimos sobre la sociedad, y que estos se apoyan en el funcionalismo, que intenta producir un sistema de conocimiento objetivo que sea capaz de formular condiciones de equilibrio y autorregulación social, por tanto, de autoequilibrio en la vida social; pero esto también genera su antitesis: la disfunción, que abarca las consecuencias observadas que estrechan la adaptación o ajuste al sistema. Aplicándola a nuestra materia de estudio, el cine, como medio de comunicación que es, es capaz de incidir en los cambios sociales, económicos, políticos y culturales de un modo sutil presentado muchas veces de la forma más inocente pero premeditada. Aquí surge el problema del Emisor- Receptor y su esquema unidireccional, donde el emisor ocupa una posición preferente (como poseedor del mensaje) y el receptor una posición con dificultades para acceder a las instituciones; el emisor (en este caso lo tomaríamos como el film en si; su trama, sus matices, su ideología, sus modelos, sus personajes, su entorno) es capaz de influir positiva o negativamente sobre el receptor (espectador que permanece atento e inmerso en el film). Aplicándolo a la actualidad más flamante, nos centraríamos en la reciente noticia que anunciaba la intención de retirada del tabaco en las películas, sostenida con el estudio de que la exposición de los adolescentes (nos encontramos frente a los receptores) a películas con escenas en las que los actores (los emisores) fuman predice la conversión de un 3% de los adolescentes más jóvenes en fumadores estables ,además de que varias investigaciones en los EE.UU. estiman que el 52% de los adolescentes (receptores) comienzan a fumar imitando a sus estrellas preferidas (emisores) en pantalla ;ante el intento de prohibición nos encontramos ante una disfunción ¿Por qué? Porque a partir de los años noventa (durante los años 60 y 80 de produjo un descenso de la aparición de escenas relacionadas con el uso del tabaco en las películas) se empezó a incorporar el recurso o habito de fumar en la gran pantalla y tal repercusión aminoró la adaptación del sistema, ya que la sociedad tiende a retirar o desechar todo lo disfuncional que no le permita evolucionar; evidentemente todo ello queda sujeto al marco social del momento. Por tanto, sabemos que actualmente el tabaco produce casi cinco millones de muertes por enfermedades relacionadas con el consumo de este, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por tanto tal hábito no se acoge del mismo modo que en los años cincuenta o treinta; si el cine de antes olía al humo del tabaco ahora huele a muerte y enfermedad. Ante un inocente cigarro del cine de los años treinta (que bien se trataba de un complemento más, como un abrigo o un bastón) ahora nos encontramos con una disfuncionalidad dañina, que como tal, no es bien recibida por no cumplir con la ética y preocupaciones del momento; por esa pérdida del sentido de la norma y por una evolución social que determina un elevado índice de mortalidad en fumadores. En efecto y en realidad, nuestra sociedad está cubierta de medios de comunicación de masas disfuncionales; por lo tanto poseemos en nuestras manos la enorme, difícil y responsable tarea de convertirnos en reguladores de todos aquellos medios de comunicación de masas que no efectúan sus funciones, y para ello debemos ser un público constituido e informado, con una auténtica opinión pública. ¿No os parece esto tremendamente complicado?


*Las imagenes adjuntas muestran muchas de las campañas publicitarias anti tabaco que se han realizado y ejemplifican la disfunción dañina de la que hablamos.

Rosana Peña.

domingo, 1 de marzo de 2009

EL CINE Y EL FUNCIONALISMO

Según la teoría funcionalista, el cine, como medio de comunicación, es una de esas estructuras que forma parte de la institución que son los Mass-Media.
Los Mass Media cumplen una función dentro de la organización social, si esa función realizada se corresponde a la intención con la que se ha producido, será funcional, de lo contrario se considera disfuncional.


Desde la perspectiva de la estabilidad del organismo, si no contribuye a la evolución y mantenimiento de este, como por ejemplo: no cumplir con los parámetros de educación y ética, que son normas que la sociedad establece como verdaderas; puede ser considerado disfuncional.

Los medios cumplen funciones de mantenimiento, control, estabilidad,… para la cohesión social necesaria para la evolución del sistema.


Apliquémoslo al Cine:

Antes de todo hay que saber que el cine, es un medio de comunicación que durante la 1º y la 2º Guerra Mundial se empleaba como un medio de propaganda más, para influir en el pueblo con fines políticos, (un claro ejemplo son el nazismo y el fascismo) que según la teoría hipodérmica frente a un mismo estímulo se presenta una misma reacción (pre-establecida) en la misma masa receptora, (reacciones iguales de individuos ante estímulos determinados, según el modelo conductista de estímulo-respuesta. ).

Pero desde entonces el cine ha evolucionado: en EEUU, con fines de entretenimiento principalmente, y en Europa con intención de hacer reflexionar a su público, así pues a lo largo de los años, hasta el momento, la cultura del cine a progresado en diferentes géneros, para diferentes públicos, pues la sociedad no se compone de una masa homogénea sino que hay distintas subdivisiones de público que responden desigualmente ante un mismo estímulo.
Así que la teoría hipodérmica que se aplicó en el contexto de la guerra no tiene ahora cabida, como dice Lazarsfeld, pues el contexto influye en la respuesta de cada individuo.

La sociedad, en su evolución tiende a desechar lo que no le permite evolucionar, todo aquello disfuncional, que es establecido en consenso por todo el conjunto de individuos que la forman, como define la teoría liberal, y si lo que los medios le ofrecen lo cataloga como falso, será descartado. Por todo esto, la sociedad de la guerra, en su contexto, aceptaba como verdaderas unas informaciones, respondía a unos estímulos, que posiblemente en la actualidad no tendrían el mismo efecto, pues el contexto social es un gran condicionante.

Por tanto si en la actualidad (antes hubiera sido impensable) se presenta una película como American Pie (o cualquiera de sus versiones) con la intención de entretener, posiblemente cumpla su función y su mensaje sea funcional, pero el efecto latente de este film, lo que va más allá de la simple vista, las sensaciones que produce son de exaltación de lo grotesco, para muchos a-moral, dónde se hiperbolizan actuaciones impúdicas. Para aquellos que quieran buscar elementos educativos y morales, encontraran este film disfuncional por no cumplir esos parámetros, pero el emisor de este mensaje en el plano manifiesto ofrece exactamente lo que él mismo define, sin pretensiones a la reflexión, la ética y lo moral: pretende entretener, sin más.

Bien, pues según el funcionalismo los emisores siempre tienen intención de obtener un efecto sobre el receptor, persuadirle de algo. ¿Es el entretenimiento, sin más, una función de los Mass-Media? Según Schramm, si. ¿Por qué? Pues porque los medios son un agente de socialización, y el cine, como Mass-Media, cumple esas funciones. Los receptores tienen necesidades que los medios deben satisfacer, y el público tiene la necesidad, entre otras, de ser entretenido y el cine debe darle el gusto.

Así, American Pie o Un papá genial entre muchas otras películas de ese género, contribuyen a la necesidad que tiene el público de ser entretenido, lo que proporciona un equilibrio al sistema, pues se ven satisfechos y ello libera tensiones. Consideraríamos, en este caso, a las películas funcionales, como lo serían aquellas películas de acción, románticas o dramáticas, que entretienen, o como el cine documental sería además educativo e instructivo, por poner un ejemplo.

VICTORIA MONSERRAT STANGLER