Esta, la del título, es posiblemente la frase más impactante de Camino, la película de Javier Fesser triunfadora en los premios Goya de este último año. En el film se nos narra la historia de Camino, una niña de 11 años que de repente debe enfrentarse a dos acontecimientos muy diferentes y nuevos para ella: enamorarse y morir. La niña está afectada por un cáncer muy agresivo, y afronta hasta el final su sufrimiento con una increíble fe, siempre apoyada por su familia (miembros del Opus Dei).
En la película encontramos, por una parte, una madre fanática convencida de que Dios ha elegido a su hija y una hermana numeraria tan entregada a su causa que apenas tuvo tiempo de presenciar los últimos segundos de vida de Camino; por otra parte, un padre cada vez más confuso que no sabe cómo actuar ni en qué creer; y en medio de todos ellos está Camino, que acaba de descubrir a su primer amor (paradójicamente llamado Jesús) y a pesar de su grave enfermedad alberga la esperanza de volver a verle pronto.
He elegido esta película para realizar un análisis funcionalista puesto que a raíz de la polémica que ha despertado se han producido desequilibrios en el sistema social, con enfrentamientos entre los partidarios del Opus Dei y aquellos que defienden Camino, todo esto reflejado en los medios de comunicación. Hay que recordar que el sistema se concibe como un organismo con distintas partes, las cuales desempeñan funciones de integración y mantenimiento del propio sistema.
En este caso, Javier Fesser pretendía reflejar de manera objetiva la realidad de una familia del Opus Dei, de lo cual informaron los medios de comunicación (función), pero como sabemos resulta prácticamente imposible conseguir la objetividad, puesto que el director narraba la historia desde su punto de vista (en su caso, ateo). Como consecuencia, ha sido acusado por los miembros de la Obra de deformar la realidad, de mantener una mirada llena de perjuicios negativos que ofrecen una visión distorsionada del Opus, muy alejada de la tolerancia o el respeto (disfunción). Además de esto, Fesser inspira la historia de Camino en la vida de Alexia González Barros (http://www.alexiagb.org), a la cual le dedica la película (disfunción), pero según aparece publicado en los medios de comunicación (función) la familia de esta niña pidió explícitamente al director que su nombre no apareciera en la película.
A pesar de todo esto y polémicas aparte, solo me queda recomendaros que no dudéis en ver Camino, desde luego no os dejará indiferentes.
LIDIA PALMER CAPILLA
lunes, 2 de marzo de 2009
¿Quieres que rece para que tu también te mueras?
Etiquetas: Cine de gala.
análisis fílmico,
Comunicacíón a flor de piel.,
Documental,
Teoría del Funcionalismo
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1 comentario:
La película tiene frases imapactantes como cuando una niña tan pequeña dice "quieres que rece para que tú también te mueras" entre otras que nos llamó mucho la atención, la visión que da del opus dei está bien aclarada con esta película aunque estos se han quejado porque creen que ha sido exagerada y nosotros pensamos lo contrario.
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