Bendita Polémica.

El Código Da Vinci es una película estadounidense que marcó el año 2006, dirigida por Ron Howard y basada en la novela de Dan Brown , ahí donde la ven fue el resultado de una larga historia de promoción que duró dos años y medio. La película se lanzó con uno de los presupuestos de marketing más grandes de la historia del cine: 40 millones de dólares sólo para la promoción en el mercado estadounidense, según reveló el Wall Street Journal. Solo por ello esto ya era un buen comienzo. Al principio la película resultaba atrayente, mucho más para aquellos que se habían leído el libro, el trailer pintaba revelador de éxito y los lectores de Brown acechaban las salas de cine husmeando el estreno; posteriormente aunque resultara un poco “magnificada” y tuviera, a mi parecer, un centenar de bostezos durante la ultima media hora la película en si no estaba del todo mal. El código da Vinci ya tenia una gloria asegurada por el mero hecho de basarse en un Best Seller de Dan Brown, pero contó con algo más que ese aliciente…el film desató una polémica con la Iglesia Católica, debido a algunas controversiales interpretaciones de la historia del cristianismo, incluso algunos obispos ordenaron a los católicos a boicotear la película. Con todo ello se cancelaron todos los estrenos previstos para aquel fin de semana, y la película permaneció a la espera de que menguara aquella agitación. Frente a esta situación los medios se hicieron con imágenes donde grupos de católicos rezaban e incluso lloraban en las puertas de los cines pidiendo a dios que perdonaran a todos aquellos que estaban permitiendo que el film llegara a las salas de cine, implorando para que finalmente no saliera del estudio y para que fracasara de una forma absoluta. Las retransmisiones e imágenes eran diarias y la población cada vez despertaba más su interés por aquello del “Código…”, una de las noticias que más llamó mi atención en relación a este tema fue aquella en la que una joven mujer , que hacia llamarse María Magdalena Milagros (en realidad, María Raquel García, de 25 años, natural de Buenos Aires),protagonizaba un escándalo en un cine de la capital salteña (concretamente el cine Victoria), donde irrumpió durante el estreno de la película para afirmar que era “una enviada de Dios” y denunciar que el filme atentaba contra su credo. La gente reía, se asombraba y se preguntaba cómo era posible, qué debía provocar aquel alboroto, qué podría contener aquella película para causar tal revuelo y cuando pensaban estrenarla para salir de dudas ¡Voila! El escándalo vende. Más cuando los medios le dan tanto bombo y estamos en contacto directo con las noticias y los sucesos. Aquello era un escandalo, si. Es de las mejores formas de hacerse rico si no te desagrada dejar la moral y los escrúpulos escondidos en el placard, además de mostrar un escaso interés por las masas protestantes, en este caso las católicas. La promoción no cesaba, “El código da Vinci” tenia los días contados para su estreno y reclutaba a más fans y espectadores interesados que en sus comienzos. La posición que tomó la iglesia católica con la película fue posiblemente la mejor publicidad que pudieron obtener el libro y el filme, y seguramente este no fue ni mucho menos el propósito de esta. Con todo ello ¿Quién no quiere ver una película que supuestamente ha podido atacar a la iglesia de una forma tan radical que ha creado protestas y encadenamientos en los cines? Recordemos la naturaleza humana que hace atractivo lo prohibido . Y Hollywood lo sabe muy bien. Pero que muy bien...

Rosana P.