¿Quién de nosotros nunca ha visto en su época de niñez películas tales como el Rey León, Aladdín, El libro de la Selva, entre otros? Pues bien el cine como muchos otros medios se rige mediante un sistema de significación ya que acoge muchos elementos tantos icónicos como verbales. Bajo este sistema se encuentra la semiología que según Roland Barthes tiene por objeto todo sistema de signos, cualquiera sea su sustancia, cualesquiera seas sus límites: imágenes, gestos, sonidos, objetos, ritos, protocolos, espectáculos constituyen, sino lenguajes, sí sistema de significación.
Así bien podemos decir que todos estos signos que contienen estas películas (en general todo el cine) son portadores de significado. Y como tal cada uno de estos signos no aporta un solo significado ya que el cine es un elemento muy subjetivo que puede dar lugar a múltiples descodificaciones. Así pues, sin ir más lejos, haciendo referencia a las películas citadas al principio, hay que hacer hincapié en que muchas de ellas puedan conllevar a diferentes descodificaciones erróneas (lectura aberrante).
En la película Aladdín podemos ver como, quizás lejos de la pretensión del director del film, pueden llevar a ideologías racistas. Podemos observar como muchos de los personajes de apoyo de la película son retratados como grotescos, violentos y crueles, con un fuerte acento y una nariz grande mientras que el protagonista, Aladdín no lleva ni barba, ni tiene la nariz grande, no tiene acento. Todo esto puede provocar cierto sentido racismo debido al aire más norteamericano que le han dado al personaje y al cual puede sentirse ofendido toda la comunidad árabe.
Por otro lado tenemos otro mítico del cine infantil, Pocahontas. Este film también puede llegar a ser descodificado de manera racista debido a la interpretación que le ha dado Disney de la historia colonial. En ella la protagonista se convierte en una especie de supermodelo al estilo Barbie con una esbelta silueta cuya relación con ese hombretón ario, John Smith transforma un acto de barbarie colonial en un acto sentimental romántico multicultural. Parece quizás que en vez de construirlo como un hombre malo cuyo causante de muchas muertes se le caracteriza como el hombre políticamente correcto y refinado al estilo Calvin Klein. Pues bien lejos de otras estrategias comunicativas que pretendería seguir el director esta puede ser una de muchas lecturas aberrantes que se les puede dar a la historia, donde muchos de estos públicos pueden aplicar todos estos subcódigos que hemos citado anteriormente ( hombre ario, correcto, refinado..) para darle otra lectura diferente a la historia real.
Por otra parte, nombrar otro clásico y es el film del Rey León. En este film podemos ver como mediante la codificación de un lenguaje un tanto racista puede llevar a diferentes descodificaciones de los mensajes. Así pues, centrándonos en la versión original del film, podemos observar como los miembros de la familia real se expresa con un acento británico mientras que los malos se expresan con un acento más latino, urbano, propio de la juventud negra. Por tanto, lejos de lo que film pretende conseguir, esto puede conseguir que los niños vean que todas estas razas no pertenecientes a la raza blanca pueden ser dotadas de inferiores.
Para concluir y coincidiendo con la llegada al poder del primer presidente estadounidense negro, Barack Obama, Walt Disney ha decidido aprovechar el “furor de del momento” para crear su primera princesa de cuento negra, en la película que se estrenará a finales de año The Princess and the Frog (la princesa y la rana). Hasta ahí todo correcto, pero lo que está dirigiendo un aluvión de críticas a la Disney es que aunque la princesa es negra, el príncipe no es ni azul, ni negro; es blanco. Y es que para muchos esto arruina la posibilidad de que los niños vean y sueñen por primera vez con una pareja negra. Desde Blancanieves y los siete enanitos en 1937, todas las princesas han sido blancas a excepción de Pocahontas y Jasmine en Aladdin.
Por su parte, Anika Noni Rose, la actriz negra que presta su voz a la princesa Tiana, dice que la gente debe mirar más allá del color de la naturaleza. "No sólo es ella la primera princesa negra, ella es la primera princesa americana. Nunca hemos tenido una princesa americana. El alcance y el significado es más grande que incluso la gente darse cuenta", añadió.
Por ello, esta generado mucha polémica la posible descodificación que pueden realizar los niños al encontrarse con una pareja multirracial y pudiendo incluso a interpretar la película de racista al no proponer un príncipe negro, como muchos sectores de la población piensan. Así pues el cine se trata de un sistema muy subjetivo dotado de múltiples significados para todos los gustos. ¿Pero no es verdad que muchas de estas descodificaciones pueden llevar a sobrepasar los límites de los derechos humanos?
Así bien podemos decir que todos estos signos que contienen estas películas (en general todo el cine) son portadores de significado. Y como tal cada uno de estos signos no aporta un solo significado ya que el cine es un elemento muy subjetivo que puede dar lugar a múltiples descodificaciones. Así pues, sin ir más lejos, haciendo referencia a las películas citadas al principio, hay que hacer hincapié en que muchas de ellas puedan conllevar a diferentes descodificaciones erróneas (lectura aberrante).
En la película Aladdín podemos ver como, quizás lejos de la pretensión del director del film, pueden llevar a ideologías racistas. Podemos observar como muchos de los personajes de apoyo de la película son retratados como grotescos, violentos y crueles, con un fuerte acento y una nariz grande mientras que el protagonista, Aladdín no lleva ni barba, ni tiene la nariz grande, no tiene acento. Todo esto puede provocar cierto sentido racismo debido al aire más norteamericano que le han dado al personaje y al cual puede sentirse ofendido toda la comunidad árabe.
Por otro lado tenemos otro mítico del cine infantil, Pocahontas. Este film también puede llegar a ser descodificado de manera racista debido a la interpretación que le ha dado Disney de la historia colonial. En ella la protagonista se convierte en una especie de supermodelo al estilo Barbie con una esbelta silueta cuya relación con ese hombretón ario, John Smith transforma un acto de barbarie colonial en un acto sentimental romántico multicultural. Parece quizás que en vez de construirlo como un hombre malo cuyo causante de muchas muertes se le caracteriza como el hombre políticamente correcto y refinado al estilo Calvin Klein. Pues bien lejos de otras estrategias comunicativas que pretendería seguir el director esta puede ser una de muchas lecturas aberrantes que se les puede dar a la historia, donde muchos de estos públicos pueden aplicar todos estos subcódigos que hemos citado anteriormente ( hombre ario, correcto, refinado..) para darle otra lectura diferente a la historia real.
Por otra parte, nombrar otro clásico y es el film del Rey León. En este film podemos ver como mediante la codificación de un lenguaje un tanto racista puede llevar a diferentes descodificaciones de los mensajes. Así pues, centrándonos en la versión original del film, podemos observar como los miembros de la familia real se expresa con un acento británico mientras que los malos se expresan con un acento más latino, urbano, propio de la juventud negra. Por tanto, lejos de lo que film pretende conseguir, esto puede conseguir que los niños vean que todas estas razas no pertenecientes a la raza blanca pueden ser dotadas de inferiores.
Para concluir y coincidiendo con la llegada al poder del primer presidente estadounidense negro, Barack Obama, Walt Disney ha decidido aprovechar el “furor de del momento” para crear su primera princesa de cuento negra, en la película que se estrenará a finales de año The Princess and the Frog (la princesa y la rana). Hasta ahí todo correcto, pero lo que está dirigiendo un aluvión de críticas a la Disney es que aunque la princesa es negra, el príncipe no es ni azul, ni negro; es blanco. Y es que para muchos esto arruina la posibilidad de que los niños vean y sueñen por primera vez con una pareja negra. Desde Blancanieves y los siete enanitos en 1937, todas las princesas han sido blancas a excepción de Pocahontas y Jasmine en Aladdin.
Por su parte, Anika Noni Rose, la actriz negra que presta su voz a la princesa Tiana, dice que la gente debe mirar más allá del color de la naturaleza. "No sólo es ella la primera princesa negra, ella es la primera princesa americana. Nunca hemos tenido una princesa americana. El alcance y el significado es más grande que incluso la gente darse cuenta", añadió.
Por ello, esta generado mucha polémica la posible descodificación que pueden realizar los niños al encontrarse con una pareja multirracial y pudiendo incluso a interpretar la película de racista al no proponer un príncipe negro, como muchos sectores de la población piensan. Así pues el cine se trata de un sistema muy subjetivo dotado de múltiples significados para todos los gustos. ¿Pero no es verdad que muchas de estas descodificaciones pueden llevar a sobrepasar los límites de los derechos humanos?
María* Peralimonera*
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